jueves, 30 de junio de 2011

¿Por dónde comenzar a escribir un trabajo monográfico, una tesis o una tesina?

¿Cuántas veces nos preguntamos cómo hacen los escritores para escribir tan bien? La respuesta no es fácil ni simple...
Por ahora, sólo puedo decirles que a pesar de que, en general, llevamos muchísimos libros leídos pero muy pocos o ningún texto escrito, no es imposible escribir bien, más aún cuando se trata de un trabajo que debemos presentar para "graduarnos" en la universidad, porque siempre tendremos un profesor a mano, que hará de tutor o guía, presto a echar luz a nuestros puntos oscuros.
En principio, les aseguro que nos enfrentaremos a un gran desafío, al que he decidido llamar "trabajoso" proceso creativo, cuyo resultado final será un escrito fluido, claro y ameno.
Ante todo, tenemos que ser conscientes de que la experiencia de investigación o de compilación para escribir un trabajo nos será siempre útil en nuestra futura vida profesional, porque un trabajo bien escrito sirve, ante todo, para aprender a coordinar ideas y éste no parece ser un tema menor, no? Más aún cuando tenemos determinado tiempo para entregarlo. Se supone que tiene que existir un lapso mínimo de 6 meses y uno máximo de 3 años entre la primera idea y la entrega del trabajo final.
Pero antes de sentarnos a escribir, aclaremos que, aunque no haya una manera única de decir las cosas, debemos tener un plan de trabajo y saber que las palabras no son inocuas, sino que nos describen y definen como autores de cualquier escrito. Es fundamental crear un “mapa” del camino que vamos a recorrer a través de las palabras y las oraciones, porque, sepámoslo, “somos, para bien y para mal, lo que decimos y escribimos“. 
Nuestro plan de trabajo deberá constar de una introducción, un desarrollo y un final. Pero es bueno recordar que el lenguaje escrito tiene sus propias reglas formales, gramaticales y sintácticas, que difieren de las del lenguaje lenguaje oral o coloquial.
La escritura es sólo un medio, un puente entre el lector y el autor, así que primeramente tenemos que “crear mentalmente” un lenguaje en común con el lector e incorporarle elementos que le faciliten el acceso a nuestras ideas. De otro modo, nuestros lectores se sentirán subestimados y se quedarán sin entender qué quisimos significar con lo que escribimos, o lo que es peor, de qué o de quiénes hablamos y dónde queremos llegar con nuestra presentación escrita. 

Nada mejor, entonces, que escribir el título del trabajo y quizás, también, un subtítulo. Recién después comenzaremos a desarrollar la introducción y a continuación, el índice. 
Opino que es mejor que el índice vaya al principio para que el lector tenga rápidamente una idea de lo que va a encontrar al leer todo el trabajo porque, aún cuando haya que modificarlo, puede hacerlo más tarde sin problemas.


Dice el maestro Umberto Eco, “escribir cuanto antes el índice como hipótesis de trabajo sirve para definir cuanto antes el ámbito de la tesis”. “El plan de trabajo comprende el título, el índice y la introducción. “Un buen título ya es un proyecto”.

Ahora bien, una vez elegido el tema del trabajo para la Licenciatura o el Doctorado, vamos a decidir si queremos que sea de investigación o de compilación, monográfico o panorámico, científico, histórico o de actualidad.
Es muy importante definir cuanto antes el verdadero objeto de la presentación para plantear desde el principio el problema del acceso a las fuentes (que no siempre son accesibles) y discernir si estamos capacitados para manejarlas. Cuando se trabaja con libros, una fuente de primera mano es una edición original o una edición crítica de la obra, pero una traducción no es una verdadera fuente y una antología tampoco, si bien son útiles como primera aproximación. 

Tengamos en cuenta que para un lector avezado, todo se trasluce; cuando el alumno emplea ”trucos engañosos”, el profesor los nota, porque el escrito no fue preparado con los estándares universitarios mínimos, ni a conciencia, ni con pasión, sino que fue el medio para salvar un escollo: el examen final. Escribir una monografía o una tesis es casi como escribir un libro; es un ejercicio de comunicación que supone la existencia de un lector participativo. 
¿Y el lenguaje?¿Qué utilizamos: Yo o nosotros?
Se pueden introducir opiniones personales  y decir “yo pienso que...” ? Algunos creen que sí, otros, que no, porque suponen que escribir es un acto social, por lo tanto, deberíamos usar "nosotros pensamos que...", porque lo que afirmamos es compartido por los lectores.
FUENTES


¿Cómo obtener los datos para un tema de actualidad? Las fuentes generalmente son los documentos oficiales, las entrevistas a los interesados mismos y a determinadas personas que consideremos fidedignas o autorizadas en determinados temas. Para las declaraciones de los entrevistados, se elaborará un cuestionario a fin de que "todas" las personas puedan responder a "todos" los temas que consideramos importantes y que cualquier negativa a responder, quede registrada.

FICHA DE TRABAJO
Es otro elemento a tener en cuenta antes de comenzar el borrador propiamente dicho, porque con un simple golpe de vista, sabremos qué leímos y qué nos queda por leer; además, las fichas pueden servirnos como “disparadores” y “recordatorios” cuando nos trabamos con algo o sentimos que no podemos seguir adelante con la escritura.

Podemos hacer fichas completas de:
  • lectura de libros, artículos o leyes
  • citas u observaciones 
  • fuentes primarias
  • fuentes secundarias o datos sobre los autores 


BIBLIOGRAFÍA
Otra punto importante es saber qué bibliografía vamos a elegir, porque un trabajo monográfico debe tener una bibliografía final. Una vez determinada, podemos especificarla de la siguiente forma: 
  1. El autor, comenzando por el apellido y luego, el nombre. Por ej. Eco, Umberto
  2. Año de edición. Por ej. 1977
  3. Nombre del libro. Por ej. Cómo Se Hace Una Tesis
  4. Lugar de edición, seguido por una coma. Por ej. Barcelona,
  5. Nombre de la Editorial. Por ej. Gedisa S.A. 
  6. Entre comillas o paréntesis, número de la edición que nosotros consultamos. Por ej. (23ª ed.)

CITAS y NOTAS
Incluir una cita supone que uno comparte la idea del autor citado, a menos que el fragmento vaya precedido o seguido de expresiones críticas.
En cada cita deben figurar claramente el autor y la fuente impresa o manuscrita; si así no lo hiciéramos, estaríamos cometiendo un plagio.


En general, las notas sirven para agregar a un tema mencionado en el texto otras indicaciones o ampliaciones; por ej. la introducción de otra cita de refuerzo que en el texto estorbaría. Independientemente del tema,  “Citar un autor de quien se ha empleado una idea o una información es pagar una deuda”...  ...”advertir de que una serie de ideas originales que estamos exponiendo no habrían surgido sin el estímulo recibido por la lectura de tal obra o por las conversaciones privadas con tal estudioso”. Este último tipo de notas nunca tiene que ser demasiado larga para que no se convierte en un apéndice y como tal, se incluya y enumere al final del trabajo.


OTROS PUNTOS IMPORTANTES

Una tesis bien organizada deberá tener muchas referencias internas porque si no es así, cada capítulo sigue su “vida propia”, como si fuera un compartimiento estanco y eso no es lo más conveniente.




Es de buena educación incluir al principio o al final del trabajo una nota de agradecimiento a las personas que nos hayan ayudado de alguna forma en la producción del escrito.
No atribuyas a un autor/a una idea que él/ella transcriba como idea de otro, porque quizás la idea fue transcripta pero no por eso, “aceptada”.
Por otro lado, no puedo dejar de advertir que el colonialismo idiomático existe y que, gracias a la globalización y a internet, está más vivo que nunca. 
Si bien la mezcla de culturas es realmente una fiesta, no nos confundamos. Nuestro idioma es uno de los más ricos del mundo y deberíamos honrarlo, empleando la increíble cantidad de palabras que tenemos para describir las más variadas situaciones y compartirlo, luego, con el resto de los idiomas. Pero, lamentablemente, cada vez estamos más colonizados, especialmente por los anglosajones y sucede exactamente lo contrario: nos empobrecemos cada vez más y “castellanizamos” palabras ajenas que no pueden equipararse nunca con la belleza y significación que tienen las propias, en castellano propiamente dicho.
Cuidado, entonces, con los llamados false friends o false cognates (en castellano: malas traducciones) Palabras que son similares en distintos idiomas pero cuyo real significado es absolutamente distinto. 

¡Date el gusto!¡Si existe la palabra en castellano, usala correctamente!

No digas: qué “bizarra” es la película, (por bizarre en francés o inglés) cuando sabés que “bizarre” en castellano significa “rara o extraña” y no bizarro, que en su real acepción es valiente. Tampoco digas me siento “como embarazado” (por embarrassed, en inglés o embaraçado, en portugués) cuando querés decir “avergonzado”. Podría enumerar cientos de ejemplos: "bello" (por velho en portugués) en lugar de viejo, “aplicación” (en inglés, apliccation) por formulario, cuando en realidad la aplicación está relacionada con la afición con que se hace una cosa, consistente (por consistent, en inglés) en lugar de coherente, carpeta (por carpet, en inglés) en lugar de alfombra, etc, etc.
Finalmente, tengamos en cuenta que la elocuencia no está dada en la cantidad de palabras que logremos escribir sino en la intensidad y el estilo con que podamos informar, conmover o persuadir sobre algo y plasmarlo en un papel.





Agradezco profundamente a dos autores geniales, por haber escrito y desarrollado con absoluta claridad y simpleza, procedimientos de estudio, ideas y pensamientos maravillosos: el italiano Umberto Eco, por su libro "Come si fu una tesi di laurea", cuya versión castellana de Lucía Baranda y Alberto Clavería Ibáñez se llama "Cómo se hace una tesis" y el argentino Juan Carlos Kreimer, por su libro ¿"Cómo lo escribo"?, obras a las que consulto frecuentemente, porque se convirtieron en mis libros de cabecera a la hora de escribir.

lunes, 6 de junio de 2011

Los Colores Ayudan a Proyectar Nuestra Mejor Imagen


Ya en siglo XVII se comenzaron a evaluar los efectos del color sobre la psique humana. Se realizaron diversos estudios y pruebas en los que se comprobaron las reacciones psicológicas y fisiológicas que los colores producen.
Se sabe que entre las razas más primitivas, existen pueblos que no se visten, pero aún estos pueblos, no dejan de decorar sus cuerpos con colores, porque los colores tienen en nosotros una influencia mucho mayor de la que imaginamos. Tan importantes son que hasta la naturaleza los usa con cierta lógica para transmitirnos determinados mensajes a través de los paisajes en distintas épocas del año.

¿Nunca te preguntaste por qué ese día que viste a tu amiga en el cine parecía estar más linda que nunca, aún con esos kilitos de más por haber dejado de fumar? No te pusiste a pensar qué era lo que la hacía tan linda, más allá de la buena ropa que tenía puesta? La respuesta es más sencilla de lo que parece: seguramente estaba vestida con los colores de su estación.
Descubrir "nuestros colores" es divertido y la diferencia en el look es, a veces, espectacular.
Casi sin advertirlo, nos vemos bombardeados por las imágenes y los colores que a la industria de la moda le interesa vender. Esta temporada, pareciera que el mostaza, el azul Francia, el rojo y el nude o piel son un "must", pero Uds. creen que esos colores le quedan bien a todo el mundo?¿Y el negro? ¿Es cierto que a cualquier persona le queda bien el color negro?

Como dije más arriba, la naturaleza es la más brillante de todos los diseñadores y las personas somos naturaleza pura. Por lo tanto, algunas nos veremos espléndidas con los colores primarios puros y los matices helados del invierno, mientras que a otras las favorecerán los colores suaves del mar y del cielo en verano. Algunas florecerán con los colores cálidos de los primeros capullos que se abren en primavera y otras cobrarán vida con los colores ricos y cálidos del otoño.

Los genes que determinan el tono de piel, del cabello y de los ojos, también determinarán si nuestros colores son los fríos o los cálidos.

Quizás tengamos que dejar de lado algunos mensajes que nos transmitían nuestras madres, padres, tías y abuelos desde que éramos niños, cargados de prejuicios respecto a lo inconveniente de algunos colores asociados con tal o cual actividad o sexo.

Una vez que sepamos cuáles son los colores que nos favorecen (ya sea en la ropa como en las tinturas de cabello) los aceptaremos emocionalmente y así las compras no se regirán por otras consideraciones que no sean lo favorecedora que nos resulta una paleta determinada. No saben, además, lo fácil que es elegir la ropa, las tinturas de pelo o los esmaltes de uñas, una vez que tenemos internalizados nuestra paleta. Prácticamente, todas las prendas se vuelven intercambiables porque combinan entre sí y no perdemos tiempo escuchando a una vendedora que cree que hacer bien su trabajo es convencernos de que cualquier cosa nos queda bien.

En la seducción, lo visual juega un papel preponderante. El color tiene una calidad "vivencial" y un significado concreto. Veamos grosso modo qué significado tienen los colores en nuestra sociedad.

ROJO
Es el color del fuego y de la sangre. Es el más caliente de los colores cálidos. Aumenta la tensión muscular, la presión sanguínea y la frecuencia respiratoria, el deseo y la excitación. Es el color de la vitalidad y la acción, ejerce una influencia poderosa sobre el humor de los humanos. Es el impulso, la voluntad vital de conquista y la potencia, desde la fuerza instintiva hasta la transformación revolucionaria. Ayuda a superar la depresión. Es una buena contraposición a los colores neutros porque les da vida. Es el más excitante de los colores y significa pasión, acción pero también agresividad y peligro. El exceso de rojo provoca tensión y agitación.

ANARANJADO
Tiene algunos de los efectos del rojo pero en menor grado. Estimula la vitalidad, aumenta la inmunidad y el movimiento. Favorece la buena relación entre cuerpo y espíritu, aumentando el optimismo. Por el hecho de ser reconfortante y estimulante puede tanto calmar como irritar. Es propicio para trabajar en equipo porque ayuda a la interrelación, pero su uso excesivo aumenta la ansiedad. Recurrí a este color si deseás quebrar barreras y divertirte más.

AMARILLO/DORADO
Es el color del sol: genera calor, provoca buen humor y alegría. Es el más sutil de los colores cálidos. El amarillo significa un alivio de lo fatigoso, de lo agobiante, de lo inhibidor. Siempre empuja hacia adelante, hacia lo nuevo, hacia el futuro. Despierta el intelecto y la creatividad. La gama de los amarillos es, en su mayor parte neutra y fácil de usar. Es el color más difícil de visualizar para el ojo humano. Su significado es el de adolescencia, placer y energía. El dorado comparte muchos de los atributos del amarillo. Al relacionarlo inconscientemente con el oro, se asocia a la riqueza y la prosperidad. El amarillo dorado deja una sensación perdurable, brillante y fuerte. El amarillo irradia luz en todas partes pero su uso excesivo crea sensación de informalidad y de agotamiento mental.

VERDE
Es un color sedante e hipnótico; es eficaz para tranquilizarnos cuando estamos nerviosos. Trae paz y seguridad. Es fresco y húmedo e induce a los hombres a tener un poco de paciencia. Se usa para neutralizar los colores cálidos. Es el color más fácil de visualizar por el ojo humano y puede expresar lo natural, el equilibrio entre el mundo interior y exterior y la buena energía. El verde revitaliza el espíritu, pero usado en exceso, crea energía negativa.

AZUL
Es el más sobrio de los colores fríos. Transmite autoridad, seriedad y confianza. Abre la mente, brindando paz y tranquilidad y disipando temores. Para una persona emotiva, el azul es más calmante que el verde; el pulso, la frecuencia respiratoria y las funciones del estado de vigilia se reducen y se regulan. Es bueno para equilibrar los colores cálidos. Es un color que parece que se aleja, por eso se lo usa para denotar autoridad. La exposición en demasía al azul produce fatiga y depresión.




VIOLETA/PÚRPURA
El violeta aúna el efecto estimulante del rojo y el tonificante del azul y permite que la fusión de los extremos (pasión y serenidad) genere sensaciones óptimas de seducción y equilibrio. En este color conviven tanto elementos inhibidores como estimulantes. Así es como el violeta puede representar una intranquilidad interna que puede ser signo de alteraciones como indicador de tendencias evolutivas y de desarrollo. Al color púrpura, antaño se lo consideraba el color de la realeza y aún hoy se lo asocia con la nobleza y el lujo. Es un color magnífico y extravagante. Representa el misterio, se lo asocia con la intuición y la espiritualidad religiosa. Expande el poder creativo y disminuye las fobias, la angustia y el miedo; pero usado en exceso, provoca pensamientos negativos y melancólicos.

ROSADO
Surge de la mezcla del rojo con el blanco y en nuestra sociedad está fuertemente ligado a lo femenino y a lo gay. El rosa es la sublimación de la sexualidad del rojo y se asocia al amor romántico y altruista. El dicho popular "ver todo color de rosa" refleja fielmente su significado: delicadeza, ingenuidad, bondad, ternura y ausencia de todo mal. Pero usado en exceso, el color rosa puede producir debilidad física en las personas.

BLANCO
El blanco es la fusión de los colores y la presencia absoluta de luz. Su significado está asociado con la pureza, la paz, la fe, la alegría, la calma, la pulcritud y la armonía. Es un color liberador, purificador y ayuda a relajarse de lo sombrío y lo triste; nos remite a lo diáfano, a lo no contaminado, ayuda a aclarar las emociones y los pensamientos. Para los orientales simboliza el más allá y el cambio de una vida a otra; es el color del luto, equivalente a nuestro negro. Este color, usado en exceso, puede hacernos sentir solos, porque el blanco forma una barrera que nos separa de las otras personas.

NEGRO
Contrariamente al blanco, es la ausencia de color y de toda impresión luminosa. Es lo opuesto a la luz ya que concentra todo en sí mismo. Es el color más enigmático y se lo asocia con el miedo y lo desconocido:  "el futuro se presenta negro" o "negro como la maldad". Tradicionalmente, el negro se relaciona con la oscuridad, el dolor, la formalidad y la solemnidad. Representa lo profundo, el inconsciente. También denota poder y misterio.Para la civilización occidental el negro representa el luto. Pero también está relacionado con la seducción, lo enigmático y los deseos ocultos. Sabemos que cuando vestimos ropa negra parecemos más delgados, por eso se dice que el negro nos ayuda a aislarnos y escondernos de la mirada de los otros. Usado en exceso, nos vuelve más distantes e intimidatorios, por lo que sólo deberíamos usarlo en cantidades pequeñas.

GRIS/PLATEADO
El gris no es ni cálido ni frío, iguala todas las cosas y no influye en los otros colores. Es un color neutro y en cierta forma sombrío. Ayuda a enfatizar los valores intelectuales y puede expresar elegancia, respeto, desconsuelo, aburrimiento y hasta vejez. Podría decirse que es el color de la represión y de la mesura porque deja a cada color sus características propias sin influir en ellas. Es el color típico de las personas que evitan las dificultades, ignorándolas, aunque también puede ser indicador de cualidades diplomáticasEl plateado equilibra y armoniza. Es que el color plata está muy relacionado con la luna y su espiritualidad, así que se lo utiliza como símbolo de romanticismo, amor y fantasía. Su tonalidad brillante, glamorosa y distinguida, sin lugar a dudas, capta todas las miradas.

MARRONES/BEIGE/CREMAS 
Son colores relajantes, que reducen el estrés e invitan a la comunicación. Al ser el marrón un rojo amarillento oscurecido, la fuerza vital del rojo queda rebajada, es decir que la vitalidad no se manifiesta de forma activa, sino más bien pasiva. Son buenos colores para usar cuando queremos reconfortar a alguien o para transmitir información. Son formales y tradicionales aunque poco estimulantes para la seducción. Tanto el marrón y el  beige, así como los cremas, expresan calidez y tibieza. Pero en nuestra sociedad, el marrón está más asociado a la masculinidad, por eso, lo usan más los hombres que las mujeres.

Como podemos ver, el lenguaje de los colores es sensorial, visual. En nuestra sociedad occidental y cosmopolita, el erotismo y la seducción, la tristeza y la alegría, la femineidad y masculinidad están teñidos de distintos colores. Pero los colores en sí no son ni buenos ni malos. Representan categorías culturales y de la moda. Pero más allá de esos "condicionamientos" externos, por naturaleza pertenecemos a una estación del año y ésa será nuestra óptima paleta, que usaremos convenientemente según la ocasión y la intención.
A veces nos vestimos con ropa que nos gusta pero, sin embargo, no nos sentimos cómodos. Es ahí cuando tenemos que prestar mucha atención al color, porque tal vez no es el apropiado y seguramente, además de transmitir una energía equivocada, resaltará los peores defectos del rostro. Quizás no lo entendamos desde lo racional, pero los colores expresan la energía que genera la persona que los está usando y la imagen que le da de sí a los demás.
Ahora bien, una vez que sepamos cuál es nuestra paleta estacional, deberemos revisar el placard o el vestidor y determinar cuáles son las prendas que mostrarán nuestra mejor imagen, más allá de los colores de moda de esta temporada.

Y para eso, nada mejor una consultora en imagen para asesorarnos en la elección de los colores que más nos favorecen, como así también en las futuras compras que tengamos que hacer para aprender a proyectar nuestra mejor imagen, neutralizar las debilidades y resaltar las fortalezas.