miércoles, 28 de septiembre de 2011

La Cartera... Un Objeto de Deseo. Parte II






Ya conocimos en la entrada anterior la historia de la cartera...  ¿Y ahora?
¡Ahora queremos tenerlas!



¡¡¡¡¡Y lo peor es que nos gustan todas: chiquititas, medianas, grandes y enormes!!!!!


Ellas tienen su encanto y son nuestro objeto de deseo; ya casi han dejado de ser accesorios, para convertirse en parte del atuendo principal. 
Si pudiéramos comprarlas, todas nos vendrían bien para distintas ocasiones. ¡Ay sí!  Ésta la usaría para combinarla con ese traje que tanto me gusta para trabajar, esta otra, para cuando reciba el premio revelación, aquella para ir a ese encuentro taaaan especial y aquella otra para la fiesta de mi amigo Pedro. ¿Ocasiones para usarlas? ¡Tenemos infinidad!



¿Pero cualquier cartera es adecuada para todas? Definitivamente, no. ¿Por qué? Por razones de imagen y proporciones en relación a nuestra contextura, dependiendo de si somos bajitas, de estatura media o muy alta o si nuestro cuerpo es grueso, flaco o regordete.
Debemos tener en cuenta que los que nos miran, centran su atención en la zona del cuerpo donde cae la cartera, así que si somos corpulentas en la parte superior, siempre es mejor elegir una cartera larga y no una que quede a la altura de nuestro pecho o si, por el contrario, somos voluminosas en la parte inferior, la correa o la cadena de la cartera debería ser más bien corta.
Respecto al tamaño, debería conservar cierta similitud con nuestro cuerpo. ¡Es muy desagradable ver caminar a una mujer menuda con una cartera gigante o viceversa, a una mujer grandota con una mini cartera! En el primer caso, parece que la cartera es la que lleva a la mujer y en el segundo, es casi ridículo ver cómo la mini cartera se pierde en el cuerpo de una mujer enorme.


En cuanto a los colores, pueden combinarse al tono con la ropa que llevamos puesta, usar colores que se complementen entre sí o, para las más osadas, combinar colores no complementarios. De todos modos, es preferible elegir los que correspondan a nuestra paleta de color, independientemente de los dictados de la moda.
Si bien ya no se considera un must que el color de la cartera sea igual al de los zapatos, sí sigue siendo una regla combinar los colores con el del cinturón.


 Por último, tengamos en cuenta que la belleza no reside en las medidas perfectas, sino en la armonía entre nuestro cuerpo y lo que usamos para adornarlo.


 A las cibernautas que siguen Estilo "A":
¡Me encantaría recibir sus comentarios y que me contaran una historia breve sobre su cartera preferida!