miércoles, 11 de diciembre de 2013

¿Qué hacen los Redactores o Correctores?



Si bien existen diversos tipos de redactores o correctores de texto, en esta entrada vamos a hablar únicamente del redactor, comúnmente llamado corrector o editor de contenido (equivalente a content editor, en inglés)

Un redactor se centra en la estructura general y sus dificultades, el estilo, el ritmo, las incoherencias temáticas y el contenido o desarrollo esencial de un escrito. 
Si el tema del libro es atractivo para el público, invertir en un redactor calificado puede llegar a ser fundamental para que tu libro sea “publicable”. 


Existen dos tipos de redactores: los que trabajan para una editorial y los que son independientes e interactúan directamente con el autor. En este último caso, lo habitual es pactar directamente con el autor hasta dónde va a llegar la corrección del trabajo.
El trabajo consistirá en una crítica o evaluación total del escrito, haciendo hincapié en las debilidades y fortalezas, pero “sin incluir” correcciones de lengua propiamente dichas, como estructura de las oraciones o párrafos, buen o mal uso de la terminología o de la gramática, puntuación u otros errores menores.

Básicamente, el redactor le dará nueva forma al texto y podrá reescribirlo para mejorar los problemas que haya detectado o, mediante anotaciones puntuales, orientará al autor para que lo reescriba él mismo.

Como se darán cuenta, contratar a un redactor independiente no es tan simple como llevar el auto al mecánico, dejarlo unas horas y  cuando ya está listo, pagar el arreglo, subirse al auto y arrancar para irse.

La realidad de un escrito es otra, porque hay cosas que ni el mejor redactor del mundo podrá hacer por el autor del texto.  
Los redactores trabajamos con el material que ya plasmó el autor, ni más ni menos. Es como en la cocina... “de la olla no saldrá una comida mejor que la calidad de los ingredientes que hayamos puesto en ella”.

¡No se puede arreglar "mágicamente" un texto confuso o mal escrito!


Ni el “mejor” de los redactores podrá “transformar” un texto malo en uno bueno o uno mediocre en uno excelente.

Jean Friedman asegura que los escritores deberían tener un nivel de sofisticación, de conocimiento de su tarea (¡aún de sí mismos!) y saber cuáles son sus debilidades para poder darse cuenta de qué forma puede ayudarlos un redactor. 
Muchos autores “sienten” que su trabajo no es lo suficientemente bueno y creen que eso se puede arreglar contratando a un corrector. ¡Craso error! Si el autor no conoce qué nivel de corrección necesita, evidentemente, poco le servirá contratar a un corrector profesional.

Un buen redactor podrá mejorar un escrito pero de ahí a que el libro pueda ser publicado, va más allá de la calidad de su trabajo, porque en el mercado hay demasiadas variables en juego. Un buen corrector le da “forma” al texto antes de que se convierta en libro, por lo que un texto pulido y de excelencia es fundamental, pero ésa es solo una pieza de la estructura. No hay garantía alguna de que un buen libro pueda transformarse en un best seller.
Los best sellers o libros más vendidos tienen diferentes títulos, formas y tamaños, por lo que nada puede prometerse respecto a ese tema. 


Para terminar, me gustaría mencionar algunos mitos respecto a la corrección de textos:
  1. Cualquier redactor o corrector profesional hace bien su trabajo. Falso:  en todas las profesiones u oficios, están los que hacen un trabajo de excelencia y los que hacen uno mediocre o “estándar”, por llamarlo de alguna manera. Obviamente, si el corrector es, además, un buen escritor, la calidad de su trabajo será óptima, porque podrá hacer, como dicen los anglosajones, un  buen “book doctoring”, o sea, “curar” mejor y más rápidamente a tu texto “enfermo”.
  1. Cualquier corrector puede ayudarte con cualquier tipo de libro que escribas. Falso: la realidad es que un corrector siempre tiene una tendencia o más experiencia con determinado tipo de texto. Por lo que un profesional honesto te dirá, sin vueltas, si es él el adecuado para hacer el trabajo que vos necesitás o no.
  1. ¡Siempre se encuentra un redactor independiente porque hay muchísimos disponibles! Falso: los mejores profesionales suelen estar casi siempre ocupados. Además, el mejor redactor es el que “juega de tu lado y tira del carro junto a vos”, pero no todos están dispuestos a éso. 
Por otro lado, tené en cuenta que los redactores o correctores de best sellers o los que trabajan para las editoriales más renombradas, pueden estar fuera de tu “rango presupuestario” y que, en cambio, podés encontrar otros tan calificados como ellos que, al no ser tan conocidos, cobran menos por hacer el mismo trabajo.

De todos modos, si no estuviera a tu alcance pagar al mejor redactor que puedas conseguir, siempre podés arriesgarte, buscar un corrector via internet y “subir” tu proyecto, con el riesgo que eso conlleva pero, quizás, con suerte, podés encontrar un profesional que haga un trabajo satisfactorio, gratuitamente o a muy bajo costo.

Por último, acordate de que también a los redactores, correctores o editores les gusta tener tiempo libre para las fiestas o tomarse vacaciones. 
Así que si tu sueño es publicar, el año próximo, tu propio libro, planificalo con tiempo, conseguí un profesional independiente lo antes posible y poné a consideración los ítems que mencioné más arriba para encontrar al redactor o corrector apropiado.

¡Así como un buen redactor puede impactar positivamente con un buen texto, un mal corrector puede ser un obstáculo en tus posibilidades de publicar un libro... RECORDALO!

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