¡Elegí lo que más te convenga!
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Una asesora o consultora en imagen puede ayudarte a pulir o a encontrar o renovar tu imagen personal, profesional y empresarial.
En esta entrada te damos las herramientas para poder determinar qué tipo de asesoría se ajusta a la imagen que estás buscando.
En esta entrada te damos las herramientas para poder determinar qué tipo de asesoría se ajusta a la imagen que estás buscando.

Si la consulta es sobre imagen empresarial, la consultora puede realizar una auditoría de imagen, que tendrá como resultado conocer los puntos débiles y fuertes para poder iniciar el camino hacia una imagen renovada.

El proceso empieza con una entrevista en donde profesional y cliente se conocen. La consultora le formulará determinadas preguntas, para tener un panorama aproximado de lo que quiere y luego, usará esa información para comenzar un trabajo "de ida y vuelta con el cliente" y comprender cuáles son sus necesidades reales.
Muchos consultores “fashionistas” (apasionados y estudiosos de la moda) ayudan a formar un guardarropa básico y orientan al cliente sobre qué usar en cada ocasión; algunos se autodenominan "personal shoppers", porque van de compras con el cliente y le ayudan a elegir la ropa y los accesorios que más le convienen.
Los consultores que tienen estudios o títulos relacionados con otras áreas de trabajo, además de focalizarse en lo que el cliente le pide, analizan ciertas “debilidades” en el ámbito de su especialidad y lo asesoran a ese respecto. Algunos, en esta instancia y para implementar el proceso de cambio a seguir, derivan el trabajo especializado a otros profesionales.
En ocasiones, consultores y clientes “chocan“ por diversas razones: puede que el cliente sea demasiado prejuicioso o rígido en sus conceptos y que venga a consultarnos influenciado por una nota que leyó en una revista o porque asistió a un evento público y se “enamoró” de un vestido o de un traje ¡divino! que tenía tal actriz o tal figura internacional, sin tener en cuenta que ese "outfit" no fue diseñado ni pensado para su tipología física ni para su estilo personal. También puede suceder a la inversa, que en lugar de estar "despojado" de cualquier pre concepto (como corresponde) y escuchar atentamente, sea el mismo profesional el que intenta imponer "su" propio estilo a todos los clientes, indiscriminadamente, con lo cual, la interacción se vuelve aún más complicada.

En definitiva, ya sea varón, mujer, transexual o travesti, si el cliente se resiste y no escucha o no accede a determinadas cuestiones, los resultados serán, seguramente, desastrosos. Por eso, es muy importante que el cliente elija cuidadosamente al profesional con quien va a iniciar la construcción de su nueva imagen y que, además, confíe plenamente en la visión de la consultora que eligió. A su vez, también es vital que el profesional capte rápidamente el tipo de “imagen y estilo” que tiene ante sus ojos, para evaluar y decidir si va a brindarle su asesoramiento profesional.
¡Como verán, la imagen sí importa; por eso, este trabajo es apasionante! Al menos, lo es para mí, porque me place saber que a través de una tarea conjunta, el cliente terminará plasmando "su" mejor imagen para aprovecharla al máximo y porque, además, ¡me encanta hacerle un mimo al alma de la persona que me consulta!
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